…con Juan

Me impresionó el silencio de la habitación de Juan del Álamo mientras se vestía ayudado por su mozo de espadas Lucas… pero sobre todo me impresionó el silencio del furgón en el trayecto del Hotel hasta la plaza de La Glorieta… nadie hablaba, ni banderilleros… ni mozo de espadas… ni Juan… ni por supuesto yo que me encontraba en la parte trasera del vehículo. Todo lo contrario sucedió a la vuelta al hotel… Juan del Álamo había cortado 7 orejas en su encerrona con novillos de Garcigrande. Siempre le estaré agradecido a Juan del Álamo por dejarme compartir esos momentos tan especiales.


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